sábado, 21 de noviembre de 2009

Un fin, una base, un todo

Mucho tiempo ha pasado desde que no empuño una pluma para escribir del tema que deje en una caja y en codificaciones computarizadas. Pero, que mucho he aprendido del grandioso e interminable tema del amor. Sentado por ahí, quien sabe donde, quien sabe como, me percaté de una historia corta; escrita en grafito y tinta, una complementa la otra, y la base, tal y como en un problema matemático, era el porque el suceder de algo. Por lo que se puede dar constancia, eran las palabras sencillas de una chica que se preguntaba el porque las personas juraban amor, fidelidad, el sentir algo que no iba a ser efímero, pero sucedió.

Como escritor, de pocos años de experiencia y corta edad al mismo tiempo, puedo decir que el amor me ha tocado, si, es una realidad, pero que muchas lecciones uno aprende del mismo. Doy fe absoluta de que se sufre en gran manera, las decepciones, las palabras que hieren y de le dan seis brincos súbitos al corazón, pero si esas son las consecuencias para ganar un afecto tan grande que crees que vas a reventar y tus ojos orbitaran millones de veces y de la misma forma tocar, tener, desear y extasiarse con muchos puentes que se construyen, si, es un pago, con sangre que uno como individuo esta dispuesto a pagar.

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